viernes, 25 de julio de 2008

El Fusible del Termóstato Interior

Parece el título de un libro de autoayuda pero no:
aunque me acusen de delirante, cosa que de ninguna manera es novedad, sostengo que a mí se me quemó el Fusible del Termostato Interior allá por el otoño de 1986, cuando sobreviví a temperaturas corporales inverosímiles previas al estallido del apéndice y la septicemia segura; surfeaba sobre extremas calenturas pero que mas bien me alejaban del Eros-Shop para acercarme al Thánatos-Mall, y cuando dejaba de temblar el mundo comenzaba a girar otra vez en el sentido que no era,en fin,un lío.

Después, bueno, si querés te muestro la cicatriz, ah... ya la viste, claro, en la playa, es horrible, me desfigura la panza...

Cuando me curaban metían la mano en la herida como si fuera un bolsito y estuvieran buscando monedas...

Al principio gritaba de dolor, pero cuando comencé a cantar ópera el médico me pidió por favor que me detuviera, que lo ponía nervioso y Él no podía trabajar en esas condiciones...

Por eso, además de carecer de apéndice y de Fusible del Termóstato Interior estoy tan disfónico, justo ahora que me quiero ir de juerga y guitarrearles a mis primos.
lo cierto es que, y a despecho de lo que puedo haber sostenido ante medicina laboral, aún en estados ruinosos de malestar e infecciones propias de un organismo arrasado por el stress, la buena vida y las malas intenciones jamás, después de aquellas marcas históricas tuve más de 37,5.

A esto súmenle mi afición a remojarme y rebañarme en casi cualquier época del año en el mar, el río, la laguna, la pelopincho y la bañera con agua fría.
Y otras excentricidades.
Por el estilo.

No todo se puede adjudicar a la esquizofrenia, o a los anillos de Saturno y cordones de asteroides de grasa corporal bien habida pero mal distribuida.
Quizás el frío es la respuesta, debemos tomarlo como el Gran Walt lo hizo: a grandes bocanadas de nitrógeno líquido. Como la mina de Solaris. si, si, la de George Clooney no, la otra.
Quizás todo es como en los buses de larga distancia: el café está frío, el jugo caliente, la cama es vertical y la película es sin subtítulos, muda y en otro idioma.

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