O de los que estaban jodidos con su correspondencia: no recibían encomiendas ni paquetes sospechosos, de variables dimensiones, de más de 3 dimensiones, ni cartas bomba ni telegramas cantados ni entregados por un stripper, ni cartas certificadas, expreso o común, ni estampillas ni sellos, ni giros postales ni giros bancarios de ningún tipo, lo cual es estar bastante jodidos,ni cartas documentos y por lo tanto tampoco citaciones judiciales, lo cual es un alivio, ni sms por el celular, ni email, ni chat.
No los llamaban para ser presidentes de mesa ni para Presidentes de la Nación.
Todos sus mecanismos y habilidades comunicacionales se habían reducido a eso:.
Y a solamente eso (dos puntos punto final) el punto seguido que explica la continuación, el punto final que es la muerte final, el punto final que es la muerte anticipada, prevista, dimensionada a nuestra insignificancia, la coma que une, que separa, que enumera; que banales, que limitados, que poco poéticos, que poco ocurrentes, que faltos de sintaxis justamente estos tontos tan entonados de gramática, tan poco capacitados para responder el acertijo del punto y de la coma, y el que no se escondió se embroma, así que se jode y no es broma, que tomen bromuro y si no bromato de si no me querés me mato, o te mato, o los mato, o nos mato.
Pero algunos tenemos suerte con respecto de esos amores o correspondencias que nunca se llevan a cabo.
Ese es mi caso particular con Pinchevski. Todo el mundo nos conocía a los dos pero cuando él llegaba yo me había ido hacía cinco minutos y cosas así todo el tiempo, durante años y años.Yo conocía a sus ex parejas, a sus novias y hasta a sus viudas, teníamos docenas de amigos comunes y cientos de conocidos comunes, pero la sincronicidad no se dió. Probablemente nos hubiésemos odiado mutuamente, Jorge era de los locos que pegan cabezazos, o tal vez nos hubiéramos amado de una manera loca y autodestructiva, y yo hubiera tenido acceso a substancias que prefiero que no.
También y a causa de esta situación me apodan "El Hombre Que Nunca Conoció a Pinchevski"
Pero por otra parte pienso en las Bachianas Brasileras, las Beethovenianas Bolivianas, las Albinonianas Argentinas, las Palestrinianas Paraguayas, las Paganinianas Peruanas, las Chaicovskianas Chilenas, las Buxtehudianas Bonaerenses,las Puccinianas Porteñas, las Uebernianas Uruguayas, las Villalobianas Venezolanas, las PhilipGlassianas Philipinas, las Glassianas Gauchas,las Clementinas Colombianas y también pienso en las tres muertes de Pinchevski, la primera por sobredosis de heroína, en el Barrio Latino de París, en los 70s, la segunda durante la ejecución del concierto nro 2 para violín de Paganini en Bosnia en pleno conflicto en los 90s, y la tercera , la que dicen que fue real, atropellado en la primer década del siglo y del milenio por una bicicleta a contramano en la ciudad de La Plata, cuyo conductor no quiero ser nazi y decir que la cumbia villera le comió la croqueta mucho más rápido que cualquier droga dura, semidura, rígida, flexible o blanda de cualquier grosor, color e indicación optométrica que pudiera conseguir, pero seguramente no se hubiera hecho adicto a la música de Pinchevski, como seguramente tampoco escucharía las Grofianas Guatemaltecas, las Griegas Guyanescas, las Couperianas Cubanas, las Mozartianas Mexicanas,las Nielsenianas Nicaragüenses y las Haëndelianas y Hölstianas Höndureñas...
...O las Wagnerianas Washingtonianas...
Con éstas sabría inmediatamente en qué se consiste esto de que a uno lo malquieran...
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