sábado, 17 de noviembre de 2007

Definitivamente esto podría ser el final de unas relaciones espantosas

Pero ustedes están convencidos que podemos seguir adelante con toda esa contradicción y ellos cantando con sus pancartas e himnos y nosotros por deferencia que es una de las maneras diplomáticas de demostrar desprecio entonábamos sus mismas canciones, y las cantábamos con mayor intensidad, arrobamiento, musicalidad y respeto, como si hubiésemos nacido allí y no aquí de este lado, el más natural y lógico de todos los lugares existentes y claros. En fín, como te cuento yo siempre envuelto en esas banderías absurdas, adorando todo lo abyecto y subsumido y pisoteando metafóricamente todo lo enaltecedor y bueno, sin mencionar el hecho de unas abultadísimas cuentas que pagar a la corporación de las telecomunicaciones*
Como te digo estábamos cantando el himno de ellos, que es tan pretencioso como Don Giovanni de Mozart pero como cinco minutos más corto y cuando íbamos por la reexposición del minué sonata desarrollado, unos ocho compases antes de la primera de las cuatro repeticiones del coro final, me distraje pensando que cuanto más pequeño e inseguro es un país más larga y compleja es su canción patria, y en lo acertados que habíamos estado nosotros al cercenar generosamente nuestro primer fervoroso grito patrio, dado que se hubieran producido varias gangrenas durante los actos oficiales, y ni hablar de la marchita peronista, su extensión hubiera impedido la militancia por completo,si aún reducido nadie se lo sabía, y mucho menos se ponía en práctica...en esta y otras finas meditaciones cavilaba en tanto adelantaba el fa doble sostenido agudo de la segunda mitad del compás, justo sobre el silencio que antecede a la síncopa... un desastre total.
El director me rasgó las mangas y solapas del guardapolvo, me arrancó los botones**
Me degradó a portador del diapasón, y ni siquiera uno de 442",a uno de 440".
Y eso que era un ensayo.
Finalmente en el acto no aparecieron ni el embajador ni el cónsul, las niñas con sus trenzas y vestidos típicos se adelantaban con flores cada vez que había un movimiento en la puerta, para desdibujar sus sonrisas ante la falsa alarma.
Exactamente a los dos meses nos declararon la guerra.

* ( que acababan de inventar la nueva religion de los cinco mil millones de tipos pelotudos para toda la eternidad, que finalmente y drogas mediante cumplían algo similar a lo publicitado por las religiones de viejo cuño, incluídas las de rabo y pezuñas, las que propenden a los cuñados y culeados, y las que proponen el Coñac como elixir.
Perdón por no escribir Cognac es que la nouvelle cuisine además de ser poquita y hacer que me quede con hambre me da gases.)   
** ( y esas tiritas que nunca sé cómo mierda se llaman, seguro que alguna puta vieja maestra lo sabe bien...)

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