me siento más viejo, y efectivamente en una crisálida regresiva me deshago de la mariposa que nunca fuí.
Un niño viejo sin un valet más viejo que le recuerde su lugar de niño, que cosa tan triste.
Niños que incesantemente parten,preservados del horror de la adultez, pero no sustraídos del horror de la adultez, eso es una cosa muy triste.
Es el cansancio del viernes...
No hay nada santo en la semana: sólo el tiempo como luz que se esfuma: nada más.
Sólo el dolor, y el alivio, y el fastidio por tener que empezar otra vez ...
2 comentarios:
Deberìamos decretar los viernes un dìa SANTO...uno queda liberado de las energìas ultrapoderosas de los niños,que a veces necesitan amor y otras una sacudida,en el mejor de los sentidos....hay mejor sentido? no se,pero saca culpas...
Pero debería ser, más que cuando sale la primera estrella, cuando uno termina su última hora cátedra...
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